¿Están los cines en nuestro futuro?

Vaya que la experiencia de ir al cine marcó mi vida. Fue el plan perfecto con amigos de la secundaria, el lugar ideal para llevar a la novia, un espacio fundamental para bajar el estrés y, más recientemente, una gran alternativa para consentir a mis hijos.

Además, por más de 25 años los mexicanos gozamos cines a la altura de las mejores cadenas del mundo, gracias a la visión de los grandes emprendedores detrás de Cinépolis o Cinemex: sonido envolvente, asientos cómodos, salas VIP con servicio impecable hasta nuestro asiento, estacionamientos seguros, accesibles en precio y con fáciles accesos. ¡Parecía que esa gallina de los huevos de oro no se acabaría nunca!

Me cuesta mucho pensar que los cines podrán sobrevivir dentro de una batalla global y multimillonaria por atraer, retener y monetizar todos los minutos posibles de consumo audiovisual de los consumidores.
La salida fácil es decir: “¡Se acabó! Cerremos y todos a su casa”. Además de la nostalgia que esto desataría, los efectos serían devastadores. Tan solo en México están en la cuerda floja más de 6,000 salas, 30,000 trabajadores y 320 millones de boletos por año.

Pensemos entonces, ¿qué alternativas tiene esta infraestructura hoy? ¡Es la pregunta del millón! Con mi experiencia en la industria de producción, venta y distribución de contenido y con ganas de provocar debate, hago las siguientes recomendaciones puntuales.

La primera es replantear lo que hoy define la misión de una empresa de cines. Para mí, en adelante los cines deben de visualizarse como escuela, agencia de marketing, plataforma de telecomunicaciones y como como un negocio de datos. Diría adiós a un negocio dependiente 100% de contenido cinematográfico. En segundo lugar, establecería unidades de negocio que maximicen el uso de horarios, operación e infraestructura.

Me encantaría pensar que dentro de una sala puedo asistir a la presentación de un libro, tomar una maestría o diplomado, conocer el origen de un vino delicioso, ir al lanzamiento de una colección de fotos sobre un viaje especial, asistir a una competencia de juegos electrónicos, participar en un lugar para hacer apuestas de deporte en vivo como en las Vegas o para participar en eventos en vivo del futuro, tipo Singularity University.

¡Vaya que toca una profunda ronda de innovación para insertar a los cines en las listas de tendencias del futuro del entretenimiento e información!
Para ejecutar esta visión, Cinépolis y Cinemex deben replantear sus estructuras internas y revisar las destrezas de su cuerpo directivo. Toca hacer un golpe de timón para subirse a la ola de creación de valor de capital y crecimiento rentable dentro de un mundo conectado.

Toca replantear la identidad de sus marcas y propósito de negocio para que incluyan de fondo la gestión inteligente de comunidades, la creación de servicios con cobro recurrente, la puesta en marcha de iniciativas para monetizar las mañanas, inyectar procesos para lanzarse en el espacio educativo, de experiencias, de activación de marcas y de incorporación de nuevos formatos híbridos.
Para este momento resulta evidente que es imposible iniciar esta ruta de innovación replicando modelos del pasado. Cada una de estas ideas requieren de especialistas, unidades de ingresos bien fondeadas y con apoyo de su director general, y una ejecución rápida.

Plataformas como Fever, basada en Madrid, C2, de Montreal, o eventos como WSJDLive, del Wall Street Journal podrían servir de inspiración dentro de esta obligada re-invención.

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